TAZ WANTED
El juego que hoy nos ocupa pertenece al género denominado “plataformas”, un tipo de juegos conocido por la necesidad de grandes dosis de habilidad para superar cada pantalla, lo que suele acarrear una dosis de jugabilidad muy alta si la dificultad está bien graduada. Pero este no es el caso de Taz Wanted…
En principio, nos encontramos con varios componentes que podrían dar como resultado un juego muy atractivo: los personajes de la Warner Bros, plataformas y unos gráficos muy simpáticos, con vista en tercera persona. Veamos estos puntos uno por uno, para ver cómo afectan a la calidad global.
No cabe duda de que los personajes de Looney Tunes tienen gran carisma: el Coyote, Silvestre y Piolín, Sam, Elmer, el Pato Lucas y el protagonista del juego, el diablo de Tasmania, más conocido como Taz. Todos ellos aparecen en el juego de una forma u otra, perfectamente representados y dan su toque personal al título.
Por otro lado, ya hemos comentado que Taz Wanted es un juego de plataformas: la habilidad del jugador para saltar en el punto justo y en el momento adecuado será fundamental para conseguir recorrer las diversas fases de que consta el juego. Taz puede rugir, comer cosas, saltar, ir de puntillas por sitios estrechos, disfrazarse para despistar a posibles perseguidores, y hacer su popular torbellino.
Evidentemente, cada uno de estos movimientos tiene su tecla particular y eso hace que se requieran 6 teclas más los cursores para poder manejar a nuestro personaje con cierta probabilidad de salir vivo de cada nivel. En resumen: hace falta cierto entrenamiento con el pad o el teclado para no pulsar la tecla o botón equivocado en el momento menos oportuno.
Pero, aparte de ingredientes tan apetitosos como estos, ¿qué necesita un juego? Pues jugabilidad, claro. Necesita que la dificultad esté bien graduada, que el personaje sea fácil de manejar, y en caso de ser un juego con perspectiva en tercera persona, que la cámara se mueva como tiene que moverse. Y ninguna de estas condiciones las cumple Taz Wanted.
En primer lugar, y suponiendo que el juego esté dirigido a un público menos madurito, es bastante difícil. En el juego no hay vidas como tales, sino que cada vez que nos maten, volveremos a aparecer en un sitio más atrasado de donde estábamos. Esto ya hace que te cojas un ligero cabreo porque fastidia bastante avanzar hasta cierto punto para que luego cualquier bichejo o cualquier salto en falso nos haga retroceder. Una cosa es que cada salto sea un desafío y otra muy diferente es conseguir desesperarte hasta que apagas el ordenador.
Pero además, es que Taz es difícil de manejar, no porque tenga muchas teclas, sino porque es complicado saber hacia dónde se dirige, tema muy relacionado con lo raro que se mueve la cámara. Por ejemplo, si tú te mueves hacia delante y de repente giras a la derecha, la cámara sigue orientada hacia delante, por lo que no sabes a dónde vas. Ahora imagínate que te pasa esto mientras saltas de plataforma en plataforma: efectivamente, vuelta a empezar.
Hay un par de teclas para girar la cámara a uno y otro lado, pero más parece un parche que algo de verdadera utilidad. Además, cuando te metes en un túnel o sitio estrecho, olvídate de ver ni un pelo de Taz, porque lo único que aparecerá en tu monitor será la pared exterior de ese sitio estrecho. ¿Qué estará pasando dentro? Pues ni idea… Hombre, también hay una tecla para ver en primera persona, pero parece otro adorno, ya que el área de visión disminuye bastante al sólo disponer de dos agujeros en forma de los ojos de Taz mientras el resto de la pantalla aparece negra.
Al menos, hay modo multijugador para dos personas: uno manejará a Taz y otro a la diablesa. Ambas criaturas se enfrentarán en diversas competiciones como las carreras de carritos de supermercado o cohetes supersónicos marca ACME o ver quién destroza más cajas de madera usando el torbellino. Esta parte es entretenidilla, pero no acaba de convencer.
En fin, que este juego tiene el problema de otros muchos juegos de plataformas: acaba desesperándote por estos tres factores comentados y eso significa que acabará en el fondo de tu cajón. Sólo recomendable para muy aficionados al género.